VI

Oda a un economista muerto. Milton Friedman

"Oh!!! Mi capitán, no pudiste verlo ciego,
larga cola del paro a tu tumba así vinieron,
llevando sus demandas,y tú, Capitán, sin sello.

¡He aquí a tus hijos!, engendrados de gran teoría
de macroeconómicos imperios,
desde selva talada venían a venerarte
con una bala en el estomago,
aun sangrando en Tucumán el hambre,
te traían cosido abrigo,
Milton amigo,
sin sindicato ni suerte
para el frío de tu muerte.

Oh Capitán! y faltaron,
los que en avión venían de Chile
al agua fueron lanzados,
traían cucharas y cazos,
para el cocinero elegante
de aquella dieta de humanos.
Y solo por verte vinieron,
ojos de los torturados

en las manos
de tus hijos,
de tus hijos
de Chicago.

"Oh Maravilloso Milton,
solo en tu tumba de mármol",
gritaban, sollozaban,exclamaban
niños de vientres robados
de África te adoraban
dispuestos a hacer con madera
de cayuco tu ataúd
y volverse plañideras.

.....Niños trabajaban, sol a sol, forjándote una estatua.
Tejiendo tu mortaja mujeres de Maquila....

Desde todos lados, desde todos lados,
te lloramos, te veneramos,
¡si lo hubieras visto,
Oh, si tus ojos no estuvieran de monedas ya cerrados!

No nos importo hacer cola
como tantas veces hicimos,
tantas veces que se llora,
para la lista de detenidos,
para alimentos refugiados,
con cacerolas en mano,
con largas marchas y harapos,
inmigramos,
en autobuses de Seattle fuimos,
llegamos de todos lados...
abandonamos patria y saltamos
tus tristes muros labrados
para , Milton Friedman, verte
¡que gran hombre se llevo la muerte!.

Y lloramos como lluvia,
y tu lápida regamos,
no hay dinero para tantas rosas,
tu lo sabes,
y en tus bancos lo guardamos.

"Oh¡¡ Milton Friedman te fuiste tan pronto sin haber visto tu cosecha",
decía un pequeño campesino ya sin tierra, sentado en una cuneta:
"oh Capitán, mi Capitán en el mundo hiciste huella"